El efecto que la música tiene en nuestros cerebros

Escuchar música ha sido durante mucho tiempo una fuente de relajación para muchas personas. Algunos estudios incluso sugieren que la propia preferencia por la música puede ofrecer también una visión de otras áreas de su personalidad. La música puede calmar la mente, energizar el cuerpo y ayudar a los individuos a sobrellevar mejor el dolor. La idea de que la música pueda influir en tu estado de ánimo, tus pensamientos y tu comportamiento probablemente no te sorprenda tanto. Hay muchas maneras en las que la música y su efecto en el cerebro pueden beneficiarlo.

El efecto de la música en nuestros cerebros

Imagen de un cerebro humano dibujado en la cabeza de una mujer

En primer lugar, si lo piensas, la música tiene un profundo efecto en el cerebro. La razón por la que tiene este efecto es que la música activa el sistema eléctrico del cerebro. Básicamente, el cerebro funciona como una onda de agua ondulante. Cada vez que las ondas golpean un área, las neuronas disparan, y el cerebro se estimula. Si alguna vez has tenido una migraña o un día estresante en el trabajo, sabes lo que es este efecto, como ondas de intensidad que pulsan a través de nuestros cuerpos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el efecto de la música en el cerebro no es necesariamente el efecto de los estímulos musicales solamente. Es el efecto combinado de la música y otros tipos de estímulos. Así, por ejemplo, la música con ritmo, melodía, tono, tempo, estructura, etc., puede funcionar realmente como un poderoso destructor del estrés. Por otra parte, si el estímulo musical es estático o monótono, entonces tiene el potencial de no reducir la sensación de estrés.

La forma en que nuestro cerebro responde a la música que escuchamos

¿Pero este tipo de efectos significa que escuchar música tendrá un impacto positivo directo en la reducción del estrés? No necesariamente. El efecto se magnifica cuando la música es lenta y suave. Son los tonos más lentos de la música los que en realidad aumentan la sensación de relajación, no necesariamente porque sean tranquilizantes, sino porque el cerebro los percibe como calmantes. Por ejemplo, un violinista que toca una lenta progresión de acordes podría ser escuchado como calmante para los oídos en comparación con la misma pieza tocada a un ritmo más rápido. El efecto es entonces el aumento de las concentraciones de cortisol en el torrente sanguíneo causado por el aumento de los niveles de serotonina.

Se han realizado muchos estudios sobre los efectos beneficiosos de la música en varios temas relacionados con la salud. De hecho, la música, en particular, tiene efectos muy positivos en casi todos los aspectos de la salud, especialmente en la salud física y mental. Por ejemplo, los músicos son mucho más saludables que las personas que no son músicos. Se sabe que la música mejora el estado de alerta, mejora el tiempo de reacción, mejora la calidad y la duración del sueño, reduce la presión arterial y el ritmo cardíaco, disminuye la frecuencia respiratoria, eleva el estado de ánimo percibido, aumenta la producción de serotonina, aumenta la capacidad de atención y mejora la memoria. También se sabe que la música mejora el estado de ánimo y la autoestima, reduce la depresión y la ansiedad, fortalece los músculos y el tono muscular, reduce el colesterol y los niveles de triglicéridos, eleva los niveles de colesterol HDL y aumenta la resistencia a las enfermedades.

Nuestros cerebros se benefician de la música porque los estimula. Tanto nuestras mentes como nuestros cuerpos necesitan estimulación para mantenerse en lo mejor de nosotros. El acto de escuchar música libera sustancias químicas en nuestro cerebro que ayudan a estimularnos, así como a mantenernos en la tarea. Cuando nos aburrimos, nuestros cerebros entran en un estado de lo que se llama «todo lo demás funcionando», lo que puede causar una reducción del pensamiento crítico y afectar a nuestros estados de ánimo. Se sabe que la música aumenta nuestra función cerebral y ayuda a mantenernos tranquilos.

Finalmente, se ha demostrado que la música ayuda a reducir los síntomas de las enfermedades cardíacas. Los terapeutas musicales han descubierto que sus clientes que escuchan música mientras hacen ejercicio para mejorar su ritmo cardíaco y sus pulmones, son más activos. Se cree que la música también ayuda a reducir nuestra presión arterial, lo que puede conducir a una mejor capacidad de ejercicio. La música es ciertamente una herramienta poderosa que puede beneficiar nuestro bienestar mental, físico y emocional. Escuchando música, podemos liberar el estrés y aprender a concentrarnos más eficazmente.